En el análisis proporcionado por la empresa especializada en decisiones de inversión, Loomis Sayles, se destacan varios factores que influirán significativamente en la perspectiva de inversión para el año 2024. En este contexto, Craig Burelle, Global Macro Strategist de la firma, comparte valiosas reflexiones sobre los escenarios macroeconómicos que se avecinan.

Un elemento crucial que impacta las decisiones de inversión es la tendencia a la baja de la inflación. La mayoría de los bancos centrales, incluyendo el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE), parecen inclinados a mantener las tasas de interés cerca de los niveles actuales, incluso frente a un crecimiento económico cercano al 0 %. Este panorama, según Burelle, influye directamente en las perspectivas de tasas de interés, que son fundamentales para las opiniones económicas y de inversión de Loomis Sayles.

En particular, la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos ha señalado la posibilidad de recortar las tasas en futuras medidas. La firma estima que podrían ocurrir recortes de 25 puntos básicos en junio, septiembre y diciembre de 2024. No obstante, su visión es menos agresiva que la sugerida por los precios de los futuros de los fondos federales.

Loomis Sayles mantiene la creencia de que Estados Unidos puede evitar una recesión al menos en los próximos trimestres, mientras que Europa continental podría enfrentar mayores desafíos. El análisis se fundamenta en la convicción de que los beneficios empresariales impulsan el ciclo crediticio, y a principios de 2024, la inflación nacional en Estados Unidos muestra signos de desaceleración, permitiendo a la Reserva Federal considerar recortes de tasas.

La empresa observa un aterrizaje suave en Estados Unidos, con un crecimiento económico real positivo, una tasa de desempleo relativamente estable y una inflación subyacente que se acerca al 2,5 % hacia mediados de 2024, una situación históricamente poco común.

Además, Loomis Sayles sugiere que los ciclos de subida de tasas de los bancos centrales son cosa del pasado. La inflación en economías desarrolladas y emergentes se encuentra lejos de sus máximos, y los problemas en la cadena de suministro se han normalizado. La firma espera que los rendimientos a largo plazo de los mercados desarrollados disminuyan en 2024, mostrándose optimista respecto a la duración en Estados Unidos, con proyecciones de rendimiento a 10 años alrededor del 3,5 % en otoño de 2024.

En cuanto a las divisas, se anticipan condiciones financieras más favorables en Estados Unidos, lo que podría impulsar la perspectiva de inversión a nivel global. En este contexto, se pronostica una posible debilidad del dólar estadounidense, con previsiones de que las monedas de los mercados desarrollados superen al dólar en el primer semestre de 2024. No obstante, hacia el segundo semestre, se espera que el BCE y el Banco de Inglaterra también consideren recortes en las tasas de interés oficiales, reconociendo la disminución de la inflación y el ralentizamiento del crecimiento económico.

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