“El auditor creativo no existe en las organizaciones porque las empresas no quieren ver que han creado o innovado poco. Es una herramienta que pocas empresas van a querer implementar”. Ferran Adrià, el renombrado chef y propietario del icónico restaurante elBulli, que dejó una huella indeleble en las generaciones de cocineros y transformó la gastronomía mundial, expresa de manera contundente su perspectiva sobre la creatividad.

Durante su visita a Argentina, invitado por Bodegas Zucardi y como embajador de Telefónica, Adrià impartió conferencias en Buenos Aires y Mendoza, centradas en la creatividad e innovación aplicadas a las organizaciones. Tras el cierre del emblemático elBulli en 2011, Ferran ha continuado profundizando en el trabajo creativo, materializándolo en la fundación elBulli, que incluye el Bulli1846, un ecosistema de reflexión sobre la creación y la innovación; LABulligrafía, un archivo-museo de elBulli; y la creación de una metodología creativa llamada sapiens, aplicable a las organizaciones.

La fama mundial de una organización, según Adrià, no se limita a aquellas con una gran facturación o impacto directo en la economía. El fenómeno elBulli, ubicado en Cala Monjoi, lejos de las miradas, se consolidó como una organización donde la creatividad fue la clave para una nueva Cocina de Vanguardia que resonó globalmente.

El acceso al elBulli era complicado no solo por su ubicación, sino también por su capacidad limitada, con solo 8,000 personas anuales de dos millones de solicitudes de reserva. Adrià destaca que la organización proporcionaba libertad creativa, y esa libertad estaba respaldada por recursos financieros.

La profundidad del conocimiento es fundamental para la creación, según Adrià, quien enfatiza su hábito de cuestionar el porqué de las cosas. La creatividad no surge de la nada, sino de la experiencia y especialización en un área.

Las características organizativas del elBulli ofrecen una visión única de cómo Adrià gestionaba la creatividad. La exploración constante, una base cognitiva diversa y mirar más allá de la industria fueron elementos clave. En lugar de centrarse en productos existentes, elBulli adoptaba el enfoque de un laboratorio de innovación, y su equipo directivo diverso aprovechaba la heterogeneidad de ideas para potenciar el negocio.

Adrià destaca la importancia de la creatividad en el proceso de creación y establece la necesidad de un método y reglas. Propone la existencia de una “auditoría creativa” para evaluar y controlar el gasto en I+D, una herramienta clave que muchas empresas no poseen.

La creatividad, según Adrià, no es solo inspiración repentina, sino un proceso que involucra adaptación, inspiración externa y asociación. Utilizando una metodología sistematizada, elBulli generaba combinaciones aleatorias para crear platos únicos.

Finalmente, Adrià destaca que todos pueden crear, pero el talento creativo es extraordinario. Medir la creación es difícil, ya que hay diferentes niveles, y la innovación implica el éxito en el mercado. Con estas perspectivas, Ferran Adrià sigue siendo una fuente inspiradora para aquellos que buscan desafiar los límites de la creatividad en sus organizaciones.

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