Ciudad de México, 4 de agosto de 2025 — El Gobierno Federal colocó la semana pasada un bono por 12 mil millones de dólares para apoyar financieramente a Petróleos Mexicanos (Pemex), ofreciendo una de las tasas de interés más altas del mercado internacional, incluso por encima de países como Portugal, Francia, Alemania, Reino Unido o Estados Unidos.

La operación fue calificada por analistas como costosa y riesgosa, ya que —aunque técnicamente no se contabiliza como deuda directa del Gobierno o de Pemex— compromete los recursos públicos a mediano plazo.

El bono fue emitido a través de Eagle Funding LuxCo, un vehículo financiero creado para este propósito, que compró bonos del Tesoro de EE. UU. y los utilizó como garantía para prestar a Pemex. El instrumento pagará intereses muy por encima del promedio del mercado: mientras petroleras como Saudi Aramco, Shell o Exxon pagan réditos entre 4.4% y 5.2%, el bono ligado a Pemex pagará casi el doble que los bonos de países europeos con grado de inversión alta, como Alemania o Francia.

“Es como usar la factura de un coche prestado”

Carlos López Jones, director de Estudios Económicos en Kapital Edge Consulting, comparó el esquema con “pedir prestado usando la factura del carro de un amigo”. Y explicó que con esta maniobra se evita que el apoyo financiero figure como deuda directa del Gobierno, aunque en la práctica sí lo es.

“El riesgo no es Pemex, es México. Si la petrolera no puede pagar, el Gobierno lo hará”, advirtió Víctor Manuel Herrera, presidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF y ex director de Standard & Poor’s en México.

Inversionistas compran “riesgo México”

A pesar de que los fondos obtenidos serán usados por Pemex, los inversionistas aceptaron los términos porque saben que en caso de impago, el Gobierno mexicano responderá. “Pemex no tiene capacidad ni ahora ni en cinco años para pagar”, afirmó Herrera, quien también alertó que esta operación podría presionar a la baja la calificación crediticia del país.

Actualmente, Pemex se mantiene con una calificación de bono basura, y aunque esta operación podría mejorar momentáneamente su perfil financiero, analistas consideran que es un paliativo que no resuelve los problemas estructurales de la empresa.

La calificadora HR Ratings mantiene la nota de Pemex en BBB+ con observación negativa, citando la caída en la producción petrolera, la falta de inversión en nuevos campos y el alto nivel de deuda en moneda extranjera, que representa el 90% de sus compromisos financieros.

¿Riesgo a futuro?

La emisión millonaria tampoco representa una solución permanente. Especialistas prevén que dentro de cinco años el Gobierno tendrá que refinanciar la deuda o hacer un nuevo “rollover” para evitar un incumplimiento, comprometiendo aún más las finanzas públicas.

La titular de la Unidad de Crédito Público de la SHCP, María del Carmen Bonilla, defendió la operación argumentando que fue “eficiente” y no tendrá impacto en el presupuesto federal. Sin embargo, voces del sector financiero cuestionan esta afirmación.

“Se vendió como un rescate invisible, pero al final los contribuyentes serán quienes paguen. El problema de fondo sigue sin resolverse: Pemex no es viable financieramente sin apoyo estatal”, concluyó López Jones.

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