La reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales representa un avance significativo en favor del bienestar de las y los trabajadores, al abonar al equilibrio entre la vida personal y profesional; no obstante, su implementación debe contemplar cuidadosamente el impacto que podría tener sobre la productividad y la operación de las pequeñas y medianas empresas (pymes), advirtió el secretario de Desarrollo Sustentable de Querétaro, Marco Antonio Del Prete Tercero.

“Es algo benéfico para los trabajadores, que puedan tener más tiempo disponible en su día a día; sin embargo, hay que considerar algunas variables: la implementación no puede hacerse de la noche a la mañana. Tiene que haber un proceso paulatino, para garantizar que la productividad no se vea afectada”, explicó el funcionario.

Del Prete subrayó la necesidad de diseñar una estrategia que contemple mecanismos de transición, particularmente para las pymes del sector servicios, ya que muchas de ellas podrían verse obligadas a ampliar su plantilla laboral para cubrir los mismos horarios de atención con menos horas por trabajador.

“Una empresa que tiene dos trabajadores cubriendo 48 horas a la semana, si se reduce a 40, requeriría de un tercer trabajador para mantener sus operaciones sin afectaciones, lo que representa un cambio significativo en su gasto fijo”, señaló.

Por su parte, la titular de la Secretaría del Trabajo del estado, Liliana San Martín Castillo, informó que ya existen empresas en Querétaro que han adoptado la jornada de 40 horas semanales. Se trata de al menos cuatro compañías del sector manufacturero, una de las cuales implementó este esquema desde hace dos años y las otras tres en el último año.

San Martín reconoció que las micro, pequeñas y medianas empresas deberán hacer ajustes operativos importantes, pero destacó que esta reforma también debe verse como una oportunidad para fortalecer la formalidad laboral en el estado. “Una implementación adecuada debe evitar que ciertos sectores migren a esquemas informales”, advirtió.

La funcionaria confirmó que en los diálogos con el sector privado ha habido interés en que la reforma se aplique con criterios de gradualidad, diferenciación por sector y acompañada de estímulos económicos que permitan amortiguar sus efectos.

En contraste, organizaciones sindicales y de la sociedad civil han reiterado su exigencia de que la jornada de 40 horas semanales se aplique de inmediato, argumentando que se trata de un derecho laboral largamente postergado y que urge mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores.

Ante ello, autoridades estatales coinciden en que el reto está en encontrar un punto de equilibrio entre el bienestar laboral y la sostenibilidad económica de las empresas, particularmente las más pequeñas, sin frenar el desarrollo productivo del estado.

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